No es amor
Lo que hubo entre nosotros siempre fue un intercambio de atenciones. Ambos necesitábamos sentirnos queridos, engreídos, deseados y disfrutamos la atención mutua mientras duró.
No era amor, por eso no podía entender si tenías otras cosas que hacer o si había algo más profundo en una relación que hablar y verse a cada hora del día. Solo buscaba atención y estaba dispuesta a exigirla.
¿Celos? Sí, los hubo, porque sentía que le brindabas a otra persona la atención que era para mí. No estaba dispuesta a sacrificarla para que cumplas tus metas o hagas lo que te hacía feliz.
Y claro, deseaba que te vaya bien, que sonrías, y si podía hacer algo por ello siempre lo iba a intentar, porque soy una buena persona, pero eso no era amor.
Cuando por fin acepté que se había acabado, regresaste demandando tu también atención, porque ya no la tenías y la necesitabas. Pero eso tampoco era amor.
Ahora, aquí, los dos, lanzando nuevamente chispas de luz cargadas de hastío, engreimiento, inmadurez y necesidad. Esto no es amor, solo buscamos, y es humano, un poco de atención en donde nuestro cerebro recuerda haberla recibido.
¿Sabes qué es amor? Es esa sensación que completa el corazón y el alma, que te hace saber que el otro está en ti aunque no lo veas, no lo escuches, no lo leas. Es ese querer, a toda costa, que sea feliz, que aprenda, que crezca, y estar dispuesta a hacer lo imposible por colaborar en su camino y caminar de cerca cuando necesite ir solo. Eso es amor y si tú no lo has encontrado aún, lo lamento.
Espero que todo te vaya bien, porque no soy una mala persona, no voy a hacer nada en pro de ello pero espero que así sea. Y sé que aunque no lo veas, tú sientes lo mismo por mí. Eso que no es amor.